Tan pronto como los chicos no follen, haciendo porno campestre. Frente a ellos se abren campos y bosques enteros para demostrar al mundo entero cómo organizar el sexo. La gente del pueblo no se avergüenza de que alguien los vea o los fotografíe en secreto mientras follan duro, porque durante el coito el mundo entero se detiene para ellos. Y sobre todo los tímidos prefieren follar apasionadamente en una casa de campo o en un granero, que no es peor que follar al aire libre. Las niñas, en virtud de su liberación, aceptan cualquier experimento que les ofrezca el tractorista local y ni siquiera les importa que los espermatozoides les inunden los agujeros.